Cuando tenemos un negocio se pone en juego el dar, muchas veces damos de manera "compulsiva" para justificar el precio, el contenido, y en definitiva, aquello que ofrecemos, que asociamos a nuestro valor (como persona, y no tiene nada que ver). Pero es importante ver cuánto estoy dando, y si en ese dar en realidad se está poniendo en juego lo que creo que valgo, lo que tengo que demostrar, etc. 

Vamos a mezclar varios temas con esta propuesta sobre límites y dar. Los límites también tienen que ser internos, es decir: ponerme a mí misma mis propios límites, para no pasarme de rosca o hacer cosas que en realidad no quiero hacer conmigo misma. 

Indaga a través de las siguientes preguntas: 

¿Qué puedo/quiero ofrecer a través de mis servicios? ¿Qué está en mi mano? 

¿Qué no puedo/no quiero ofrecer a través de mis servicios? ¿Qué no está en mi mano? 

Ten esta lista a mano para cuando aparezcan clientes que piden X, antes de hacer llamadas de venta, etc. para tener bien claro hasta dónde sí y hasta dónde no.

"Ante el vicio de pedir está la virtud de no dar".